Requisitos para la Ceremonia de Shinsanshiki

Vivimos en un mundo en el que lo importante es, mostrar resultados pronto, sin importar el medio por el que sean conseguidos. Se nos exige triunfar y superar a otros de manera rápida. Se trata de una sociedad de la informalidad en la que hay que exhibir títulos así estos hayan sido obtenidos por medios fraudulentos o ficticios. Lo esencial es el reconocimiento visible e inmediato. Esto se ve en la política, en las empresas, en la academia, en caminos espirituales y tristemente también en el Zen. He conocido monjes de maestro eminentes que abandonaron la práctica porque querían convertirse rápido en maestros y no estaban dispuestos a pasar por todo el entrenamiento y los pasos requeridos para obtener una certificación formal. Decidieron recurrir a caminos fáciles, donde pudieran ser considerados maestros rápido sin tener que pasar por los requisitos de la Sōtōshu para calificarse como enseñantes.

Cuando empecé la práctica del zen hace muchos años, una de las cosas que me inquietaba era precisamente la informalidad en que se realizaban las ordenaciones. Todo era como un teatro de apariencias. En la ceremonia uno recibía los cuencos solo de manera simbólica, no importaba si el monje se afeitaba la cabeza o no, podía recibir la ordenación solo con el Rakusu sin tener un kesa de siete bandas, sin koromo ni kimono blanco ni besu. La ordenación de los monjes tampoco era registrada en la Sōtōshu y el camino a partir de la ordenación no tenía ninguna estructura. Por esta razón, busqué acercarme a una práctica formal, que respetara las reglas de Dōgen Zenji y Keizan Zenji y con el tiempo me pude ordenar oficialmente como monje en Antaiji en Japón. Auspiciosamente recibí el apoyo de numerosos maestros con los que tuve la dicha de practicar y, con el tiempo, también de mi maestro de transmisión, Okumura Rōshi. Si bien no me preocupé de si llegaría a ser maestro, los pasos en mi camino se fueron presentando uno a uno hasta llegar al momento en el que me encuentro de realizar en febrero del próximo año la ceremonia de Ascenso a la silla del abad, y oficiar por primera vez la ceremonia de Hōssenshiki, como maestro abanderado o Hōdōshi, para uno de mis discípulos más antiguos. Esto, casi cuarenta años después de haber iniciado mi camino en el Zen.

Existen monjes que recibieron ordenación de maestros autonombrados, y aun cuando ni siquiera recibieron la transmisión del Dharma también se autodenominan maestros y dan preceptos a laicos u ordenaciones a monjes. A pesar de que las enseñanzas del Buda y Dōgen Zenji son claras, están convencidos y convencen a otros de que los formalismos no son importantes y de que están en todo su derecho de hacerlo a su modo.

En la actualidad se piensa que somos libres y que las reglas son solo limitaciones que nos impiden hacer lo que queramos. Pero en nuestra tradición, las reglas son ayudas para que sigamos la Vía, como si nos desplazáramos sobre los rieles de un ferrocarril, siguiendo los pasos de los ancestros y respetando las enseñanzas que nos dejaron. No quiero decir que soy una autoridad moral o un juez para decir lo que otros deben hacer.  Cada quien puede hacer lo que quiera y asumir las consecuencias. Pero nosotros que pertenecemos a la Sōtōshu y hemos decidido continuar y proteger las enseñanzas de esta tradición, debemos acogernos y seguir las reglas. De qué otra manera podríamos comprometernos con preservar la Vía y transmitirla a las generaciones futuras.

Debido al desconocimiento de las reglas, incluso a veces luego de recibir la transmisión del Dharma, cometemos el error de empezar a usar un Kesa de color sin tener en cuenta que en la Sōtōshu hay pautas para cada paso de los monjes. Pasos que deben ser firmados y validados por el propio maestro. Para cambiar el color del Kesa, el reglamento dice que cuando una persona ha completado Dembō el maestro deberá solicitar en su nombre el permiso para el cambio de color, o Ten-e, a la Shumucho. El kesa debe ser de color uniforme. Para usar kesa de colores mixtos, el rango del monje debe ser Daioshō. Personalmente, me sucedió que, por desconocer las reglas, una vez oficié la ceremonia de tokudo para uno de mis discípulos usando un kesa Deccho-e de colores mixtos que había cocido poco tiempo atrás. Estaba feliz de usar por primera vez este Kesa para esta ceremonia tan significativa. Cuando envié las fotos de la ceremonia para el registro de la ordenación, la Sōtōshu me respondió que debido a mi rango de oshō, no estaba autorizado para vestir ese kesa. Para que no se invalidara la ordenación tuvimos que hacer las fotos de nuevo.

En uno de los Angos oficiales que organizó la Sōtōshu en California en el que tuve el privilegio de practicar, junto con mi querido amigo Gensho sensei, Akiba Rōshi, el sōkan de la Sōtōshu en Norteamérica, quien fue el abad del Ango durante los tres meses, nos dijo que el entrenamiento de un monje no está completo hasta que llegue a ser abad de su propio templo. Por eso hoy he querido compartir los pasos para llegar a hacerse abad de un templo Sōtōshu fuera de Japón.

Para esto, el monje debe haber completado la certificación como Oshō. Lo primero es recibir la ordenación de manera formal de un maestro que esté autorizado para hacerlo, alguien que haya recibido Denbō, la transmisión del Dharma, de acuerdo con los estándares de la escuela. Una vez que se ha recibido la ordenación, esta debe ser registrada en el Soseki-bo, o registro de sacerdotes de la Sōtōshu. Con esto el monje obtiene el rango de Jōza que es el primer rango para un novicio. Posteriormente, sirviendo como líder de los monjes o Shuso durante un Ango, realiza la ceremonia de Combate en el Dharma o Hōssenshiki. Este paso se llama risshin, que traduce literalmente “ponerse de pie por sus propios medios”. Significa que el monje está maduro y ha concluido su entrenamiento básico. Una vez concluido este paso, recibe el rango de Zagen que “significa primer asiento”. Este paso es un requisito para el siguiente que es la transmisión del Dharma. Luego de la transmisión, debe solicitar el cambio de color del kesa y una vez recibida la autorización, tiene dos años para realizar Zuise, en los templos raíz de la escuela, Eiheiji y Sojiji. Zuise significa literalmente, investidura con una tablilla de jade, y a veces se traduce como auspicioso comienzo. En estas ceremonias rinde homenaje a los dos ancestros Dōgen Zenji y Keizan Zenji y simbólicamente es abad por una noche. Al concluir Zuise, recibe el título de Oshō. El origen del término Oshō se encuentra en la expresión sánscrita upadhyaya, que literalmente traduce maestro preceptor. Desde tiempos del Buda era el momento en que el monje estaba autorizado para conceder los preceptos u ordenar a otros monjes. Dependiendo del tiempo que haya realizado de Ango en un Senmon sōdō o monasterio de formación, junto con la educación académica que haya completado, recibe un rango de Kyōshi o enseñante. El rango mínimo para tener discípulos es Nitto-kyōshi, o enseñante de segundo rango. El más bajo es el de tercer rango o Santo kyōshi que se obtiene cuando ha realizado Zuise, pero no ha completado el tiempo de Ango mínimo. No puede tener discípulos y solo está autorizado para oficiar ceremonias en pequeños templos. La Sōtōshu tiene un reglamento detallado relativo a los diversos rangos de Kyōshi en los que se especifican los requisitos para cada uno.

En el caso de los monjes extranjeros, para llegar a ser monje residente o abad de un templo, debe recibir el nombramiento como maestro misionero o Kokusaifukyōshi. De acuerdo con el reglamento de la Sōtōshu, un Kokusaifukyōshi es un monje con rango de Nito-kyōshi o superior que difunde las enseñanzas Sōtō Zen fuera de Japón. Él o ella es nombrado por el Kansho, el Monje Principal de Sōtōshu.

Luego, si un Kokusaifukyōshi desea establecer un templo debe presentar la solicitud a la Sōtōshu con el fin de recibir la aprobación. Los documentos básicos que se deben incluir son los siguientes:

  • Las reglas del templo.
  • Las Actas de las reuniones de constitución del templo como organización jurídica de acuerdo con las leyes de cada país.
  • Los estatutos de la organización
  • La escritura de propiedad del inmueble o contrato de arrendamiento.
  • Una lista de benefactores y miembros;
  • Un inventario de los bienes del templo;
  • El certificado de nombramiento como misionero internacional del monje residente;
  • Los nombres y direcciones de los representantes legales;
  • Fotos de la fachada y de las instalaciones del templo.
  • Y los planos del interior de la sede.

Obviamente, esto es a modo informativo. En el momento en que un Kokusaifukyōshi en Sudamérica desee hacer el proceso de manera formal para el reconocimiento de su templo, debe comunicarse con Tahara sensei en el Sōkanbu, la oficina regional internacional de la escuela Sōtō en Sao Paulo.

Cuando la solicitud es aprobada y el templo es reconocido recibirá un certificado de la Sōtōshu con la acreditación de templo especial. Una vez que el templo es reconocido, el Kokusaifukyōshi puede solicitar conducir un período de práctica llamado kessei-ango, y nombrar a un monje con rango de Joza como Shuso. El monje puede ser de la propia sangha o un monje de algún otro maestro reconocido. Para la ceremonia de Hōssenshiki se requiere la presencia de un Jokeshi, un maestro con calificaciones especiales que asesora al Abad y también es necesario que estén presentes al menos diez monjes formalmente registrados en la Sōtōshu. El Kessei Ango se refiere a un período de tres meses de entrenamiento donde los monjes permanecen en encierro morando en armonía (ango) y se acogen de manera estricta a las reglas (kessei). El Ango se originó en tiempos de Buda Shakyamuni cuando los monjes debido a la temporada de lluvias, debían refugiarse en los templos. En sánscrito se le conoce como varsavassa. En la escuela Sōtō hay dos retiros oficiales, uno de invierno y otro de verano, aunque la constitución también permite la realización de retiros tempranos. Tradicionalmente en el zen, durante el período de práctica se iza una bandera del Dharma cuando el abad da un sermón. Por esta razón también se llama ken-hōdo (elevar la bandera del Dharma) y el monje oficiante se le llama Hōdoshi, maestro abanderado del Dharma. En su vida un monje tiene tres maestros que pueden ser tres personas diferentes o la misma. El jugōshi, o maestro de ordenación, el Hōdoshi o maestro de Hōsenshiki y el Honshi, o maestro de la transmisión también llamado maestro raíz.

Cuando un Koskusaifukyōshi conduce un kessei-ango por primera vez, él o ella debe solicitar la autorización para usar el hábito rojo, hi-e. Durante la ceremonia de ascenso a la silla, Shinsanshiki, se realiza la instalación del nuevo abad, paso conocido como Jūshoku-shinmei. Jūshoku es uno de los nombres para abad en japonés, que literalmente ha sido traducido como “Sacerdote principal”. Una vez concluidos todos estos pasos se debe enviar a Sōtōshu la notificación de la finalización del kessei-ango. Luego de la aprobación de la comunicación, el Kokusaifukyōshi pasa a tener el rango de Daioshō, “gran precpetor” y el Shuso, como lo dije antes, asciende al rango de Zagen. Daioshō, marca el estado más alto en la vida de un monje. Solo es superado por el título de “Zenji”, que se aplica únicamente al Eminente Ancestro Eihei Dogen (Kōso Jōyō Daishi) y al Gran Ancestro Keizan Yokin (Taiso Jōsai Daishi), fundadores de la escuela, y para aquellos que han ocupado la posición de abades de alguno de los dos templos principales. Luego de su instalación, el monje con rango de Daioshō también puede empezar a usar jikitotsu o koromo de color diferente del negro. Sin embargo, Sōtōshu tiene un reglamento especial sobre el vestido, y hay colores específicos de jikitotsu llamados On-e o hábitos honoríficos como el rojo o el púrpura que solo pueden ser vestidos por monjes de rangos superiores.

 

Trecho da palestra de  Densho Quintero sobre os requisitos para realizar a cerimônia Shinsanshiki.

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